Comentario de: Un Invitado,
15 oct 2010
De: Canadá,
Alquiler de alojamiento de: 8 días
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Disculpen que escriba algo tan largo, pero es que quiero explicar detalladamente lo que nos ocurrió al llegar a nuestro alojamiento el Sábado. Llegamos a las 2 de la tarde y nos encontramos con Sara, e inmediatamente no dimos cuenta de lo siguiente:
- Sara nos dijo que la regadera estaba goteando; Sara insistió que ya había contratado a un fontanero para que lo reparara, pero no especificó cuando.- Tal como se menciona en la descripción, no había conexión de internet inalámbrico: Sara nos dio un USB que en teoría debería funcionar para conectarse al internet, pero puesto que yo viajo con un iPad, no me funcionó (el iPad se conecta al internet inalámbrico, pero no tiene puerto USB). Sara nos dio direcciones a un café que queda a aproximadamente 7 minutos a pie, y nos dio a entender que nos reembolsaría. - Únicamente había un juego de llaves, por lo cual mi esposa y yo tuvimos que siempre salir y entrar juntos al apartamento.
Pagué el saldo por el apartamento, y las doscientas libras por el depósito de garantía, en efectivo. Pregunté cuando me devolverían el depósito y Sara me prometió que me lo devolvería a través de una transferencia bancaria electrónica (del mismo modo que pagué las 400 libras para reservar el apartamento.)
Sara anotó su número de teléfono en un papelito Post-It, y lo dejó en el mostrador.
Luego, Sara partió, diciendo que tenía una cita. Mi esposa y yo notamos algunas otras cosas inmediatamente después que se fue:
-La regadera estaba chorreando aun más agua y el suelo estaba todo mojado. Tuvimos que ponernos los zapatos cada vez antes de usar el baño para evitar empaparnos los pies. -El asiento del servicio estaba quebrado: estaba puesto encima del servicio, pero desprendido completamente del mismo, por lo cual cada vez que nos sentábamos en él, nos deslizábamos. Teníamos que balancearnos de forma que no moviéramos el asiento, para evitar que se cayera al suelo. -La parte baja del armario de aseo en el baño estaba pudriéndose. No sabemos si era por el hecho de que había tanta agua en el suelo, o por otro motivo. - El apartamento estaba completamente lleno. No había ni un tan solo estante vacío, ni había espacio para almacenar nada. Parecía como si alguien se hubiese ido de prisa: los armarios llenos de ropa, las despensas llenas con todo tipo de cosas, un aguacate podrido en la refrigeradora, hasta sábanas en la lavadora de ropa. -El detector de humo en el pasillo, que queda justo afuera de la entrada al apartamento, piaba cada 30 segundos.
Estábamos exhaustos, y no somos personas quisquillosas. Decidimos aceptar la situación, por lo menos durante esa noche, tratar de disfrutarla, y luego llamar a Sara la mañana siguiente para comentarle todos estos problemas. Pues aunque nos molestaban, no eran cosa de vida o muerte.
El Domingo por la mañana compramos un teléfono con tarjeta de prepago. Intentamos llamar a Sara pero nos aparecía un mensaje diciendo que estaba fuera de servicio. Lo tendría apagado...quizás estaba en la iglesia, o se le murió la batería, quién sabe. Teníamos que encontrarnos con mi hermana fuera de la ciudad, en Essex (estábamos en Londres para asistir a su boda), entonces tomamos el tren hacia Essex y no regresemos hasta tarde.
El Lunes de nuevo intentamos comunicarnos con Sara y nos aparecía el mismo mensaje diciendo que estaba fuera de servicio. Eso estaba raro. Mis padres llegaron a Londres también para asistir con los preparativos de la boda. Estuvimos con ellos el resto de la mañana y tarde, y finalmente nos despedimos después de cena. Estaba cansado y no tenía ganas de caminar varias cuadras ni pagar por un café solo para poder usar el internet y escribirle a Sara diciéndole que había anotado mal su número de teléfono. Busqué un correo electrónico de Sara que tenía almacenado en mi ordenador, y me fijé que el número de teléfono que aparecía en el correo correspondía con el que nos anotó ella en el papelito Post-It.
El Martes a las 8:30 de la mañana, la regadera en la ducha falló de manera catastrófica. Una vez abierta la llave, no volvía a cerrar. Se quedó trabada y por mucho que intenté cerrarla, no lo logré. Marcamos una vez más el número de teléfono de Sara (el que anotó; el que aparece en su correo electrónico): nada. Lo revisamos nuevamente contra el correo electrónico y era el número correcto, pero estaba "fuera de servicio". Comencé a buscar la válvula principal para cortar la entrada de agua a la ducha, y logré encontrar la sala de calderas. Entonces corté la calefacción para evitar que el apartamento se convirtiera en una sauna. Tomé mi iPad y corrí al café a usar el internet, desesperado le envié un correo electrónico a Sara, y me apresuré de regreso al apartamento.
Para las 10:30 el baño estaba aun más inundado, a tal punto que tomé una olla de la cocina y comencé a recoger agua del piso, y la puse bajo el chorro de la regadera, vaciándola en el servicio. Mi esposa movió todo lo que estaba en el piso del apartamento, por si acaso el agua del baño se rebalsaba al resto del apartamento. No nos podíamos ir, pues el resto del apartamento se hubiese inundado (y luego que el resto del edificio.)
Ya que no teníamos acceso al Internet en el apartamento, le dimos portazos a los vecinos hasta que por fin dimos con alguien que estaba en casa, quien buscó el número de un servicio de fontanería de emergencia (Able Plumbing.) Llamamos a este número y nos dijeron que enviarían a alguien en dos horas. A las 12:30, recibimos una llamada de Abe Plumbing diciendo que no podrían enviarnos a nadie ese día. Aun no teníamos noticias de Sara. Continuamos corriendo de arriba para abajo y vaciando el agua con la olla, y entre tanto bajamos rápidamente adonde el vecino para buscar otros números de teléfono de otros servicios de fontanería de emergencia. Finalmente encontramos uno (creo que se llamaba West End Plumbing) que dijo que podrían llegar en aproximadamente una hora--cobrando noventa libras por hora.
No parecíamos tener ninguna otra opción, pues era imposible comunicarse con Sara, no podíamos abandonar el apartamento porque se inundaría por completo, estaba cansándome de estar vaciando el agua yo mismo, y comenzábamos a preocuparnos de lo que pasaría con el apartamento de abajo después de cuatro horas del agua chorreando sin parar. No había ninguna otra opción y yo no se nada sobre fontanería. Así que llamamos al servicio de emergencia.
Llegó a las 2 de la tarde. Haló la máquina de lavar hacia afuera para buscar la válvula conectada a la tubería principal (para cortar la entrada de agua al apartamento), y buscó en el área alrededor del calentador de agua, pero no la encontró. (Resultó ser que estaba escondida en el baño, detrás de la escobilla, e irónicamente de la tapadera quebrada del servicio.) Levantó una chapa que estaba afuera en la calle, cortando la entrada de agua de todo el edificio (algo impresionante.) Luego, subió de nuevo al apartamento a revisar la regadera (que por fin había dejado de chorrear agua) y descubrió que la causa del goteo inicial y la falla catastrófica había sido el cartucho, el cual no era un modelo estándar. Dijo que la mejor solución era de "aislar"la ducha--básicamente de atornillar tapones en la cañería que controlaba la entrada del agua fría y caliente. Esto involucraba salir corriendo a buscar los tapones, etcétera.
Sara llamó como a las 3 de la tarde. Dijo que acababa de revisar sus correos electrónicos. Le dije--de la manera mas calma que pude--que estábamos increíblemente insatisfechos y que quería que me devolviera, por lo menos mi depósito de garantía (el cual, repito, le había pagado en efectivo el Sábado por la tarde), y que me reembolsara por el costo del fontanero. Dijo que vendría de inmediato. Cuando llegó, alrededor de las 4 (no estoy seguro, ya que había dejado de ver la hora), dijo que no andaba dinero. Dijo que lo había depositado todo en el banco, y que como estaba en una "cuenta de ahorro" tardaría un par de días en retirarlo. El fontanero completó el trabajo y cobró 180 libras. Sara no tenía dinero. Yo le pagué al fontanero, usando el resto del efectivo que había ahorrado para nuestro viaje, restándome únicamente 40 libras.
Sara dijo que el número que nos dio el Sábado--el cual apuntó con la pluma que yo le presté--no funcionaba, y que ahora tenía un "número temporal", y que nos lo enviaría por correo electrónico.
Esta era una mentira: tengo capturas de pantalla de la bandeja de entrada de mi correo electrónico, y del último correo intercambiado con Sara, del 22 de septiembre. El número de teléfono que aparece bajo su firma en el correo del 22 de septiembre muestra el mismo número que originalmente anotó y al cual estuvimos llamando. Y aunque no fuese así, ¿por qué sería mi responsabilidad estar buscando lugares con acceso al wifi para estar revisando mi correo electrónico por la remota posibilidad de que el número, que me habían dado hacía apenas 24 horas, había sido desconectado y reemplazado por otro? En el interino, mi esposa y yo encontramos una amiga que vivía en Londres, quien tenía un dormitorio libre donde nos podía hospedar durante el resto de la semana. Obviamente en el apartamento no había ducha, y aunque si hubiese funcionado, ni mi esposa ni yo teníamos el más mínimo deseo de alojarnos allí por más tiempo. Sara tuvo el descaro de sugerir que cada mañana deberíamos bañarnos "donde ella se estaba alojando", lo cual--no encuentro ni las palabras para describirlo...
Sara prometió pasar mañana temprano, "después de que abran los bancos" a reembolsarnos por nuestra estadía, mi depósito de garantía, y los 180 del fontanero. Espero que así sea.Pero aunque me devuelva el dinero, obviamente no me puede devolver mi dinero. Solamente tengo dos semanas de vacaciones al año. Tampoco me sobra el dinero para estarlo botando. Y aunque me pudiera alojar gratis en un apartamento en Londres, el costo del billete aéreo por si solo es un gasto que solo puedo hacer una vez cada dos años. Vine aquí, con mi esposa, a disfrutar Londres. Tenía únicamente seis días, mas el día de la boda de mi hermana, para hacerlo. Uno de esos días lo perdí recogiendo agua, llamando a fontaneros, y escuchando excusas. Mañana pederé otro medio día, sentado esperando a ver si Sara se aparece con nuestro dinero, empacando, y cargando maletas por todo Londres (desde Notting Hill hasta Greenwich) para mudarnos de nuevo a la casa de la amiga de mi esposa. Y había tanto que queríamos, y queremos hacer: el British Museum, el Tate Modern, el Victoria & Albert; almorzar en Trafalgar Square, ir al London Eye, ver cosas que nunca podremos comprar en Harrod's, ver el Globe Theatre--en fin, descubrir Londres. Ustedes alquilan apartamentos aquí, ustedes saben a lo que me refiero, y saben las razones por las cuales la gente viaja a Londres.Y pues ahora he perdido un día y medio de ese tiempo valioso que jamás podré recuperar y probablemente no tendré la oportunidad de visitar Londres de nuevo. No se trata del dinero. Estoy estresado; He estado escribiendo esto de las 4:30 de la madrugada, ya que estaba despierto en la cama desde las 3:30 hasta que realicé que talvez si me desahogaba, luego me lograría dormir.
Así que espero que Sara se aparezca tempranito mañana, con nuestro dinero: y si no, tendré que aprovechar al máximo las 20 libras que me restan y luego llamar a mis padres para pedirles dinero prestado, lo cual es completamente humillante para un treintañero. Espero poder por lo menos invitar a cenar a mis nuevos anfitriones en agradecimiento por hospedarnos. Aun así, no podré recuperar este tiempo perdido; no podré deshacerme del hecho que lo único que mi esposa recordará de este viaje será haber llorando frustradamente mientras su esposo recogía agua de un baño inundado, sin tener ni la menor idea de cómo solucionar el problema.
Mas o menos sé lo que es estar del otro lado del problema.En el pasado, co-administré un alojamiento y desayuno (de 8 dormitorios), y vi arruinarse grifos, columnas de las camas, etc. Este tipo de problemas ocurrían seguido. Y es por eso que inicialmente fui tolerante con la falta de acceso a wifi, la regadera que goteaba, el asiento quebrado del servicio, el armario repleto de cosas, y el juego único de llaves. Aun cuando no lográbamos contactar a Sara, luego de dos días de estar con el problema de la ducha, decidí darle el beneficio de la duda. ¿Pero dejarme un número de teléfono desconectado? ¿Y no responderme hasta seis horas después de que le envié un correo diciéndole que tenía una emergencia? ¿MENTIRME sobre el hecho que me enviaría un número "temporal"por correo? ¿No poderme devolver, por lo menos, el depósito de garantía que le había pagado hacía tan solo tres días?Realmente espero poder recuperar esto. Espero poder recuperar aunque sea una parte del dinero y poder alojarnos donde nuestros amigos y ver si logramos disfrutar Londres aunque sea unos cuantos días. Pero a las 5:30 de la mañana, luego de escribir todo esto y después de todo lo que ha pasado, lo dudo.
Tomé fotografías, si necesitan verlas--la mayoría tomadas después del hecho, ya que se nos ocurrió que sería necesario documentar todo cuando primero llegamos. Pero si necesitan ver la ducha ya reparada, el asiento del servicio reparado provisionalmente, el estado de los armarios, el papelito Post-It en el cual Sara anotó su teléfono (ahora con el nuevo número, el que no me envió por correo, escrito abajo), las capturas de pantalla que demuestran que jamás envió el nuevo número--puedo enviárselas. Si quieren, puedo hacerles llegar el número de Able Plumbing, y el de West End (tendría que revisar bien ese nombre) para confirmar que los llamamos. Sé que ustedes están en Nueva York, y que no pueden venir a verificar esto en persona. Y dado que cada momento que pasa dudo más el hecho que Sara vendrá, trataré de documentarles todo lo más posible.
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