Puede parecer un tópico de la costa escuchar que las playas son de arena blanca y el mar de color azul celeste, pero en el caso de la Costa Azul, esta es una fiel descripción. La Costa Azul, inmortalizada en la película Atrapa a un ladrón de 1995, delinea la costa más meridional de Francia y alberga ciudades soleadas y lujosos estilos de vida. Sin embargo, si consigue apartarse de la maravillosa zona costera, se encontrará en el corazón de la Provenza, una destacada provincia del sur del país. La Costa Azul es solo una pequeña sección de esta región, en la que se incluyen ciudades costeras como Niza y Marsella. Más allá hacia el interior, descubrirá montañas, ensenadas, campos de lavanda y nuestros preferidos pueblos de postal del sur de Francia.
La Provenza limita con el río Ródano en el oeste, con Italia en el este, con los Altos Alpes y el Drône en el norte, y con el Mar Mediterráneo en el sur. El clima es templado, por lo que la Provenza (y la Costa Azul) es un destino perfecto en cualquier época del año, pero hay temporadas en las que el territorio brilla aún más. En esta lista, hemos reunido los diez mejores eventos anuales que tienen lugar en la Provenza, tan variados y tan apetecibles como la misma provincia.
1. Festival del limón, Menton
El Festival del limón se celebra en el “Cité des Citrons” (“La ciudad de los limones”, para los que no hablen francés) y constituye un espectáculo y una ácida experiencia para nuestras papilas gustativas. En este festival que dura dos meses, desde febrero hasta marzo, se exhiben cientos de miles de limones, naranjas y otros cítricos en forma de asombrosas carrozas y esculturas creadas teniendo en cuenta la temática elegida cada año. La ciudad de Menton acoge este evento anual desde 1929 para dar a conocer las abundantes cosechas de la región y, durante estas ocho décadas, el Festival del limón ha ido adquiriendo popularidad. Le aconsejamos que vaya en tren; en las estaciones de transporte público de Niza y Marsella podrá coger líneas que le llevarán a Menton. Mientras esté en el festival, no olvide visitar el Salón de la artesanía, una exposición de artes y oficios; ¡algunos de los productos (mermeladas, jabones y perfumes) son elaborados por los limones que dan nombre al festival! ¡Aquí le sugerimos algunos souvenirs artesanales de la zona para que no se vaya con las manos vacías!
2. Carnaval de Niza, Niza
La ciudad de Niza alberga su propio festival que tiene lugar, más o menos, durante las fechas del Festival del limón (se celebra desde mediados de febrero hasta principios de marzo). ¡Váyase olvidando del triste invierno y espere con los brazos abiertos a la primavera que se aproxima gracias al frenesí de actividades que le ofrece la Costa Azul! (¡Vea lo que se puede hacer durante 48 horas en Niza!) Las celebraciones convergen en la Plaza Masséna: el desfile del carnaval, con 18 carrozas y figuritas de papel maché, recorre, junto con los artistas que le acompañan, las calles de la ciudad para que el colorido público lo pueda apreciar; el florido desfile, con 20 carrozas cubiertas de flores (se dice que el 90% de ellas crece en la región) deleita a los espectadores, que esperan atrapar las flores lanzadas por los modelos del desfile, y el desfile de luces de la noche cuenta con carrozas que iluminan el anochecer con un brillante resplandor. Para reservar asiento, le aconsejamos que compre las entradas con antelación. No se pierda la Carrera Rock ‘n’ Roll, que se celebra ante cualquier adversidad y donde los corredores, algunos disfrazados con extravagantes trajes, compiten para llevarse el primer puesto. Si quiere alargar su estancia en la Costa Azul, eche un vistazo a nuestros apartamentos de Niza.
3. Feria de Arles, Arles
Si quiere saborear la cultura Española en la Costa Azul, solo ha de ir a la Feria de Arles. Se celebran dos festivales durante el año: uno en abril y el otro en septiembre. El primero de ellos representa el comienzo de la temporada de toros francesa y se puede apreciar música y danza tradicional española. El segundo festival otorga todo el protagonismo a las corridas de toros; presentaciones del deporte y la oportunidad de ver a los toros luchar en la plaza de toros son dos actividades que usted puede esperar. Le recomendamos que, si puede, vaya a la feria que se celebra en abril (la Feria de Semana Santa) para apreciar la energía y el baile flamenco; pero, ¡la Feria del Arroz de septiembre es igual de dinámica! No olvide ir a ver el mayor espectáculo de los festivales: los toreros encarándose a los imponentes toros. ¡Olé!
4. Festival de Aix, Aix-en-Provence
Los expertos en cultura deberían de marcar en su calendario el mes de julio. Después de todo, este es el mes de la Feria de Aix-en-Provence, que cada año, desde 1948, celebra el aniversario de primera categoría del arte de la ópera. (Participe en la gira relámpago de 48 horas por Aix-en-Provence para conocer mejor la zona). Los conciertos se celebran durante todas las semanas en tres principales teatros y las nuevas producciones de ópera y operetas se festejan en locales más pequeños. El programa cambia cada año, pero Mozart siempre está presente en una o dos actuaciones: sus obras han sido el pilar del festival desde su comienzo en los años de la posguerra, época en la que Francia revivía artísticamente. Entre los idílicos retazos de las calles de Aix-en-Provence, se sitúan muchas tiendas y cafeterías que le distraerán durante los descansos de los recitales. Pille un asiento para ver una actuación en el Théâtre de l’Archevêché, cuyos orígenes medievales le han convertido en el símbolo no oficial del festival. Alójese en nuestros alojamientos de Aix-en-Provence para beneficiarse de todo lo que le ofrece esta celebración que dura un mes entero.
5. Festival de Aviñón, Aviñón
El Festival de Aviñón se convierte en el punto de encuentro de algunos de los mejores artistas del mundo y, aunque parezca asombroso, alberga entre 35 y 40 actuaciones durante su celebración anual en el mes de julio. Unas dos docenas de locales se transforman en teatros temporales para ofrecer las actuaciones, locales que van desde cines o teatros hasta centros de ballet o talleres. Muchas de las representaciones se llevan a cabo en el patio del Palacio de los Papas, un legendario palacio gótico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como en otros lugares de la ciudad de Aviñón. El programa cambia cada año y suele ayudar a los artistas a hacer su debut en Francia o en todo el mundo. (Pero Aviñón no es solo el festival, tal y como lo atestigua nuestro tour de 48 horas por la ciudad.) Cuando visite Aviñón, no se pierda alguna actuación del Festival “Off”, un encuentro independiente de obras de teatro en directo que no está relacionado con el festival oficial. Las dos celebraciones coexisten de forma separada y se respetan mutuamente durante el verano en Aviñón. (¡Hospédese y motívese en uno de nuestros alojamientos de Aviñón!)
6. Fiesta de la Música
¿Ha deseado alguna vez vivir en un musical? El 21 de junio, siéntase libre de romper a cantar en cualquier momento, ¡la gente no le juzgará y quizás se unan a usted! Esto es debido a la Fiesta de la Música, un festival nacional de música que promueve a músicos de todos los niveles y que patrocina conciertos gratuitos. Música de todo tipo tiene cabida en esta celebración en la que se anima a la gente a ver actuaciones y escuchar las melodías durante todo el día. La Fiesta de la Música se empezó a celebrar en 1982 y desde entonces se ha extendido prácticamente a todos los continentes habitados (lo sentimos, Antártida). Verá que el espíritu de esta fiesta se extiende a toda la Costa Azul, desde las grandes ciudades a las comunidades más rurales. La fecha del acontecimiento es especial también por otro motivo: es el momento del solsticio vernal en el hemisferio boreal, por lo que se espera un día muy largo… ¡lo que significa más tiempo para bailar, cantar e improvisar! ¡Los apartamentos del sur de Francia son ideales para vivir esta celebración musical!
7. Fiesta de la Lavanda (Digne-les-Bains)
Puede que le atraiga su color o puede que su fragancia, pero lo cierto es que la lavanda es especialmente cautivadora durante el verano. El sur de Francia es conocido por poseer extensos campos de esta planta morada y el pintoresco pueblo de Digne-les-Bains va más allá: ¡organiza un festival de varios días entorno a la lavanda! Visite este epicentro de manantiales termales y capital administrativa a principios de agosto para apreciar el Corso de la Lavande, donde la lavanda es la auténtica protagonista en el programa de fiestas: es esparcida por diferentes carrozas, se vende en mercados de agricultores y se celebra la histórica importancia que ha tenido en la región a través de la música y la danza. Cuando esté en Digne, ¡dese una vuelta por el museo de arte Gassendi o sumérjase en los famosos baños termales!
8. Festival de Cine de Cannes
En toda la Costa Azul, ¿dónde puede encontrar la mayor concentración de directores y estrellas de cine? ¡En el Festival de Cine de Cannes, por supuesto! Cada año, a mediados de mayo, las estrellas de Hollywood y de todo el mundo viajan a esta ciudad para acudir al festival de cine más famoso (e influyente) del mundo. Cannes es también un lugar donde la competencia es muy alta, ya que las películas seleccionadas compiten por los premios, entre los que se incluye el legendario y más aclamado premio: la Palme d’Or. A no ser que crea que este festival es antecesor a los Premios Óscar (una comparación que tiene algo de fundamento), las prioridades de este evento, al que solo se puede acudir con invitación, siguen siendo la de estrenar películas y la de promover la nueva generación de directores de cine. Mientras esté en la ciudad, aproveche la ocasión para disfrutar de la zona costera de la ciudad, dese un paseo en barco o practique actividades acuáticas, o mímese yendo de compras por las tiendas de marca que hay en Promenade de la Croisette. (Con nuestra guía de cómo pasar 48 horas en Cannes se hará una idea de lo que puede esperar.) ¿Desearía quedarse más tiempo en Cannes para disfrutar de todo lo que le pueda ofrecer la ciudad? Si es así, con nuestros alojamientos de Cannes ya lo tiene todo hecho.
9. Fiesta de la Mimosa, Mandelieu
¿Necesita un poco de color para alegrar el invierno? En ese caso, el pueblo de Mandelieu-la-Napoule es todo lo que necesita. Con el objetivo de festejar la floración de la mimosa (un símbolo muy importante para la gente de Mandelieu, quienes perdieron la cosecha durante 1929 y 1931), la Fiesta de la Mimosa se celebra durante diez días en febrero. Las carrozas, decoradas con las flores de un brillante color amarillo canario, se deslizan por las calles. Música, entretenimiento y todo lo relacionado con la fiesta abundan por la ciudad. Algunas noches, las carrozas iluminadas y meticulosamente elaboradas salen a la calle y resultan ser un asombroso espectáculo. Sin embargo, no se limite a ser solo un espectador del festival, camine a través de una plantación de mimosas, aprenda sobre el cultivo de la planta o párese en un perfumería para observar cómo se captura la fragancia de la mimosa en un frasco.
10. Gran Premio de Mónaco, Mónaco
En general, la palabra chic no suele ser un término adecuado para describir una carrera de coches, pero en el caso del Gran Premio de Mónaco sí que lo es. Esta prestigiosa carrera anual de automóviles, que se celebra en mayo, tiene lugar en las glamurosas calles monegascas. Pero no se confunda: a pesar de la despampanante ubicación, no se trata de una carrera fácil. Debido a las estrechas carreteras, curvas cerradas y cuestas irregulares, en el Gran Premio hay que luchar duro hasta llegar a la línea de meta. La Fórmula 1 atrae a miembros de la alta sociedad de Mónaco (y del mundo), algunos de los cuales observan la carrera desde sus yates anclados en el puerto que está al lado del circuito. Mónaco es una ciudad-estado independiente que se sitúa en la Costa Azul y puede que sea conocida, sobre todo, por el Casino de Monte-Carlo. Una seductora elegancia inunda la región y muestra de ello son las playas, las distinguidas tiendas y los refinados restaurantes, así como la familia real (la actriz e icono de la moda estadounidense Grace Kelly se convirtió en princesa monegasca en 1956). Le recomendamos que aproveche al máximo esta relajada sofisticación, incluso si ha sentido la emocionante descarga de adrenalina al observar el Gran Premio.
Lector, ¿cuál es su lugar y evento favorito de la Costa Azul?
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